Guillermo Robles
La muerte se ve inmerso en nuestras caras casi todos los días, es decir, lo escuchamos en las noticias, lo vemos regularmente en las películas o leemos sobre ella en novelas, hay series estadounidenses que tratan sobre ese tema como programas de entretenimiento.
Pero cuando se trata de la muerte cotidiana, la mayoría de nosotros optamos hacer caso omiso de ello pues lo vemos como algo natural, pero al mismo tiempo estamos obsesionados con la prolongación de la vida, como es el comer sanamente, hacer ejercicio, hacer cosas para reducir el estrés, en fin; hacemos cualquier cosa para poner fuera de la inevitabilidad de la muerte.
Aunque sabemos que todos vamos a morir en algún momento. Todos nosotros, y eso lo incluye a usted. Nadie es inmune. La muerte es tanto un hecho de vida como el aire para respirar es sobrevivir.
En nuestro país, en tiempos pasados el tema de la muerte siempre se había visto como algo de qué tenerle miedo, particularmente en una sociedad muy independientemente de la nuestra, que es algo cultural de hasta festejarlo el día 02 de noviembre como Día de Muertos.
En tiempos antaño el tema de la muerte no se mencionaba dentro de los hogares por verse como una invitación de la muerte a tu casa, y hasta considerado como algo supersticioso. Pero en el caso que se viera como una superstición de igual todo referente a la muerte era visto como un tabú, esto incluía a los testamentos que eran considerados como cosas de última hora e inclusive cuestiones a no tratar para que no fuera, mal agüero en los dentro de las familias.
Eso cuando se trataba de muerte natural o de alguna enfermedad, pero lo que era aún más visto como un escándalo público y motivo de vergüenza familiar eran aquellos casos en donde algún miembro se suicidaba. Estos casos se manejaron durante muchos años solo en confesión y con las autoridades con discreción para que nadie se diera cuenta que se habían quitado la vida.
Difícil de determinar en qué momento se perdió el pudor sobre éstos temas. Pudiera ser culpa de la misma apertura que fueron teniendo los medios de comunicación durante los años y no se diga ahora con lo de las redes sociales. Otra variante se le puede atribuir los filmes cinematográficos que fueron perdiendo la creatividad para manejar las películas de terror en esa habilidad como Alfred Hitchcock en donde cada vez como avanzó el mundo del cine fueron metiendo elementos cada vez más violentos y sanguinarios, al igual que lo publicado ahora en los periódicos en donde cada vez es más difícil separar la realidad del mundo cinematográfico.
El tema del suicido cobra más fuerza en tiempos actuales no solamente en nuestro país sino en todo el mundo. Existen estadísticas en la Organización Mundial de la Salud en donde se determina el número de suicidios de cada país del mundo con detalle en donde es conocido el sexo y edad.
No dejan de ser alarmante las cifras y sus causas son diversas. Mientras existen campañas por parte de las autoridades de cada nación al igual como aquellas organizaciones sin vínculos a ningún gobierno sobre la concientización de pro a la vida también existen aquellos grupos controvertidos que hacen lo opuesto utilizando las mismas herramientas de ley hechas por el ser humano con respecto a los derechos y tratados internaciones de las libertades civiles.
El derecho de libertad civil que se hizo presente la semana pasada en Canadá en donde la Suprema Corte canadiense derogó la prohibición al suicidio asistido por un médico cuando es el deseo de ciudadano de privarse de su vida cuando se tiene alguna enfermedad terminal.
Controvertido el tema para quienes no sufren alguna enfermedad, aquellos que no son los pacientes que sufren de la gran evolución de la ciencia médica para alargar la vida promedio que se tenía en el ser humano que era aproximadamente hasta los 40 o milagrosamente 60 años de edad.
Para poder extender la vida venciendo todos los obstáculos posibles en donde alguna enfermedad puede acabar la vida se requiere la intervención de los médicos y sus medicinas o tratamiento moderno en donde solamente el paciente es quien sufre los inventos del ser humano al desafiar la muerte.
Quién para cuestionar sobre una decisión del suicidio asistido cuando posiblemente el paciente lo que quiere es tener calidad de vida, mientras que los médicos pero sobre todo los hospitales detrás de esa bandera de altruista a favor de la vida, siempre han visto al paciente como un negocio porque entre más le alarguen la vida eso tiene un costo que ha sido una de las principales causas de quiebre económico para muchas familias en donde se han perdido patrimonios enteros sin poderse levantar posteriormente.
Es muy cierto que la medicina moderna en la mayoría de los casos encuentra un tratamiento para quitarte o combatir una enfermedad terminal pero también lo es que te curan de una cosa o encapsulan el padecimiento, pero como todo aquello que viene en letras chiquitas nunca se sabe los efectos secundarios en donde te generan otra complicación porque el tratamiento fue muy fuerte resintiéndolo otra parte de tu organismo en donde afecta alguna función motora del cuerpo humano.
Por qué juzgar a aquellos que ejercen su derecho de esa libertad civil de tomar la decisión de vivir con calidad de vida y consciente de poder disfrutar las pocas horas, días, semanas o meses con sus seres queridos y de la manera que más placer quiera. En lugar de estar con vida, asistido por médicos, enfermeras o en el hogar por un familiar en donde el paciente no puede ni salir de su propia habitación y desorientando por tantos médicos en donde ni siquiera se reconocen así mismo.